sábado, 26 de noviembre de 2016

Logroño, camarera de vacaciones!

Hola, ¿como estas?... Tengo acumulado tanto que contarte,  que  no se por donde comenzar... Esta entrada va a ser sobre mis vacaciones con el chef.
Pues verás, había ahorrado hasta casi 500 euros para irme al congreso de sala de san Sebastián el Host, pero mi matrimonio con el chef estaba metido en una verdadera tormenta, digamos que la historia del camarero canalla se nos fue de las manos y se convirtió en otra cosa y claro,  aunque yo quería ir con muchísimas ganas al Host, surgió lo de las vacaciones juntos, y había que priorizar, y decidí reinvertir en la relación... ¡Cosas del amor!
Te gustará saber que la operación ha sido muy provechosa para los implicados, que al fin y al cabo somos tanto el chef como los cachorros y yo... Así que dejamos a los niños con mis suegros y a hacer km.
Su jefe nos preparo dos visitas a bodegas, marques de Murrieta y a Vivanco, y yo por mi parte investigué en el grupo de camareros que era lo que teníamos que ver y donde comer, por mayoría me dijeron que fuéramos a la calle Laurel y a un pueblo que se llama La Guardia.
Llegamos a Logroño después de un viaje algo raro, cuanto más nos alejabamos de nuestra vida, más nos relajabamos, ¿sabes?.
Y ese primer día, a conocer la calle Laurel, la palabra que la define es abarrotada, un concepto de hostelería que sería algo difícil en Alicante, aquí salimos a cenar, de tapas, pero en un solo sitio y allí aunque hay sitios con variedad de pinchos, otros están absolutamente especializados, uno hace solo  champiñones, otro solo carne, otro es famoso por sus patatas bravas y así te recorres toda la calle y otras calles iguales que tienen menos fama en España, pero que igualmente están llenas de gente y de bares con el mismo concepto.
Los bares son pequeños con barras donde solo cabe un camarero o dos y hay una mini cocina, un micro o una plancha... Se trabaja a una velocidad de vértigo, hostelería de batalla en estado puro, no se puede perder el tiempo...
Conocimos a un camarero que había trabajado en Santa Pola, un máquina de esos de la antigua escuela, que reinaba en una barra tan estrecha que solo cabía él, parecía que tenía más brazos que un pulpo, allí la estrella eran las bravas y todo era - ponme una, ponme dos, ponme  una... Y de la cocinita venga a salir cazuelas de barro con las deliciosas patatas... En el de los champiñones era igual ponme uno, ponme dos etc... Y¿ qué se bebe? Pues vino, a copas, mucho más vino que cerveza, los compañeros de <cosas de camareros >me habían recomendado pedir crianza... Copa, pincho, copa, pincho.... Y así cuatro días, al último no quisimos ni acercarnos y nos quedamos en uno que estaba enfrente del hotel y era muy chulo, rollo indie...
Por las mañanas nos íbamos de excursión y la primera visita fue a la bodega de Marqués de Murrieta, absolutamente impresionante, preciosa, cuidadisimo, se nota que ahí se hacen joyas y la cata fue espectacular... Al día siguiente tocó Vivanco y la verdad es que no me apasiono, es una visita a la bodega mucho más "turística"  eso si, el museo del vino declarado por la Unesco como el mejor del mundo, eso sí que merece la pena, ¡impresionante! Yo aluciné con todo, pero sobretodo con la colección de sacacorchos que tienen, hay cientos, de todo tipo, lo que te imagines, dentro de un bastón, eroticos, de lujo, cristal swaroski.... Cualquier camarero alucinaria, parece la Meca de los sacacorchos....
Y por supuesto también fuimos a la Guardia, un pueblo medieval precioso, de esos que se han quedado perdidos en el tiempo... Yo soy muy de visitar pueblos, me gusta la arquitectura antigua, también estuvimos en Briones y a la vuelta en Medinaceli, que es absolutamente encantador...
Total, cinco días de descanso, de comer, beber, amar, reir, y reencontrarse el uno con el otro, antes de volver a la batalla...
Dedicarse a la hosteleria es muy duro, un modo de vida que desgasta muchísimo y mi consejo es que saques tiempo de donde sea, hay que cuidar a la pareja, a la familia, nosotros llevábamos seis años sin ir a ningún lado, y si además de mimarte puedes aprender de lo que nos apasiona, pues mucho mejor... El año que viene me gustaría ir al Host y creo que esta vez el chef querrá venirse conmigo...
Te recomiendo ir a Logroño, ¡¡está chulisimo,!!  Un beso enorme  y te sigo contando  cosas!!


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