viernes, 24 de marzo de 2017

Un dia cualquiera, vida de un camarero

Este maravilloso relato es en regalo que nos ha hecho el el grupo de face cosas de camareros, el compañero Jose I. Gutiérrez espero que lo disfrutes tanto como lo hemos hecho nosotros y que li compartas en tus redes,!!

...que le debo? Son veinte euros caballero. Me los da.  ¡¡ Gracias y hasta luego¡¡ No va mal la cosa. Oigo abrir la puerta de entrada y veo a una señora mayor con un bebé en brazos acercarse a la barra. Termino de poner los tres tercios al trio lalalà, así se llaman a ellos mismos, y como Marta la cocinera ha estado atenta ya tengo el aperitivo , se los doy y tan contentos se quedan.
Me acerco a la señora que ha sentado al pequeñín en la barra, de espaldas a mí con escaso equilibrio "como se caiga ya tenemos el lío" pienso, pero de momento no digo nada. ¿Hola, va a tomar algo?. Nooo , me responde, es que voy a esperar a mi hija que está esperando a mi yerno en la calle a que aparque porque vamos aqui al lado a comer y no ha podido aparcar aquí. Ahora cuando vengan  le pedimos , me suelta innecesariamente,  así del tirón. El Sr. Goyo me hace una señal desde su mesa.No me hace falta más,  un Martini blanco, frio pero si hielo. Es por él que tengo una (su) botella en la nevera, salgo a la mesa a servirselo. No tenemos servicio de mesa pero a Goyo le falta una pierna al pobre y no me cuesta nada, me pide opinión para el crucigrama del periódico y oigo que alguien entra al bar. Es una mujer con un niño de la mano y un carrito en la otra. Tiene dificultad para pasar. Dejo a Goyo con la duda y ayudo a la señora sosteniendo la puerta "esta es la hija de la del bebé" pienso. De nada, respondo a sus "gracias". Niñoooo,  danos la cuenta, me dice un integrante de los lalalà. Me acerco a ellos, bueno son seis tercios... así que son... doce euros. Me da veinte.  De vuelta a la barra me llevo el vaso del Martini anterior vacío del Sr. Goyo. Le pregunto si quiere mas cacahuetes,  y como no quiere pienso "pues mejor".
Me agacho al pasar a la barra pero aun así me doy en la chepa. No me decido a cortar la encimera y siempre me doy, algun dia... lo haré. Me piden desde otro rincón dos cervezas. ¡¡Oido¡¡ Martaaaa, pincho para dosss,  grito sin necesidad. Marta es un hacha y siempre está atenta desde la ventanilla de su cocinilla que da a la barra y seguro que está en ello. Mientras, cobro al trio.  De vueltas son.... un billete de cinco, dos monedas de uno y dos cincuenta céntimos. Las monedas bien esparcidas encima del billete, en su platito, y no apiladas, que se recogen de una vez y no hay propina.
Mi teoría se vuelve realidad cuando mas tarde encuentro una de las monedas de cincuenta céntimos en el platillo, así que me felicito a mi mismo. Si las se las doy todas de un euro no dejan nada.  Me llama la señora del carrito y veo aliviado que ha sentado en él a su bebe, que resulta ser una niña. ¡¡ Que guapa es ¡¡  ¿como te llamas bonita? pregunto entusiasmado.  Dileee...  me llamo Martita y estamos esperando a papá, me contesta la madre mirando a la niña. Mira por donde ahora tengo dos Martas en el bar. ¿Que les pongo? Una naranja al niño y dos cocacolas mientras llega mi marido que aquí no se puede aparcar y tarda mucho. . "Joder con el marido, que pesadas" pienso mientras convengo con ella lo mal que está el barrio para aparcar. Recojo el aperitivo y les pongo las cervezas a la pareja que las pidió. "Estos terminan novios seguro" Llevan varios dias viniendo y él lo esta logrando poco a poco. He visto mas de un principio de noviazgo en el bar y este pinta bien , la muchacha se rie mucho con el chico y eso no puede ser malo. Me aseguro que Marta prepara el aperitivo para los refrescos y como veo que sí me recrimino a mi mismo por dudar , incluso a tenido en cuenta que uno de ellos es para un niño. Vuelve a sonar la puerta y aparece un hombre sudoroso, que medio grita ¡¡ venga daros prisa que alli se come a las dos ¡¡ "Ya está aquí el marido" me digo, esperando que se beba algo y no grite tanto. Esquivando al cagaprisas entran cuatro jovenes y el Sr. Goyo me pide mas cacahuetes,  " ya me lo podias haber dicho antes " pienso rencorosamente,  y el de la máquina (que lleva hora y madia jugando) me pide cambio....  el bebé empieza a llorar. Pues mejor, asi igual entra el padre y se pide algo. Le pido a Marta un montado que quiere un chico. Este es sordomudo y siempre me escribe lo que quiere en un papel... Bueno, no va mal la cosa,
...  sólo faltan ocho horas para otro dia.
Te ha gustado? Pues compartelo!!!
Muchos besos de mirandoalchef.

3 comentarios:

  1. Yo también me quedo con ganas de conocer más, las segundas partes o más si las hubiera. Gracias por compartir las historias de mi chico en tu blog.

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    Respuestas
    1. Encuanto le de por hacer la segunda ,si me vuelve a dar permiso ,sera compartida de mil amores!! Es muy bueno comunicando!

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    2. Encuanto le de por hacer la segunda ,si me vuelve a dar permiso ,sera compartida de mil amores!! Es muy bueno comunicando!

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